Es el distrito clave. Pero una derrota en el 2021 puede dificultar los planes 2023. Los candidatos que suenan.
Por Eduardo Paladini para Clarín.
En los comicios generales de 2017, tras unas PASO parejas y polémicas, Cambiemos consiguió en la provincia de Buenos Aires un triunfo histórico. Acaso tan importante en términos políticos como el que había logrado allí unos años antes para la gobernación. El mazazo en las intermedias fue doble: Esteban Bullrich le ganó a Cristina Kirchner para la senaduría y Graciela Ocaña consiguió una ventaja aun mayor para diputados. Esta última victoria, gracias a un 42,2%, pone al espacio hoy ante un desafío enorme. El año que viene, Juntos por el Cambio renueva 14 bancas nacionales que ganó entonces en el distrito. Necesita un candidato fuerte para acercarse al menos a ese número. Pero nadie quiere ponerse el traje. El razonamiento es básico: una derrota dura en el 2021 contra el Frente de Todos puede dejar a ese solado malherido para la pelea mayor, la del 2023.
Clarín habló con media docena de fuentes macristas que participan del armado electoral para el año próximo. Todos coinciden en que María Eugenia Vidal es «la que más mide» actualmente. ¿Problema solucionado? No. Básicamente porque la ex gobernadora duda sobre su futuro. «Ella no va a tomar una decisión hasta marzo del año que viene. Y si se suspenden las PASO, lo podría estirar hasta mayo», adelantaron cerca de Vidal a este diario.
Pero más allá de los tiempos, la ex gobernadora tiene algo claro. «Ella va a esperar a cómo se acomode el escenario. Después de la derrota durísima de 2019, no puede ir a perder otra vez a la Provincia. La decisión va a estar condicionada por su proyecto 2023», completaron.
¿Ese proyecto no podría incluir una revancha como sucesora de Axel Kicillof? Según tres funcionarios del PRO que siguen el armado bonaerense, «lo único que no quiere María Eugenia es volver a ser gobernadora». Cerca de Vidal son menos tajantes, pero admiten que «puede ser que por algunas conversaciones internas que hubo, se haya interpretado eso».
¿Y si no es candidata a gobernadora, qué? «Presidenta, vice de (Horacio Rodríguez) Larreta o jefa de Gobierno. Hay que ver cómo se llega al 2023», insisten en su entorno. Una vuelta a la Ciudad (fue ministra de Desarrollo y vicejefa de Mauricio Macri de 2011 a 2015) o un salto nacional es bien visto por otros dirigentes macristas. ¿Están preocupados por la situación de los porteños? No, quieren ir ellos por la gobernación.
Dos de esos dirigentes son el actual vicejefe porteño, Diego Santilli, y el intendente de Vicente López, Jorge Macri. El primero, al llevar dos períodos consecutivos en el cargo no puede aspirar a suceder a Larreta. Y el primo del ex presidente ya no tiene reelección en su municipio.
«Jorge va a ser candidato a gobernador en el 2023. Para el 2021 la figura que tiene consenso y pospone las peleas es Vidal. El sólo sería si es necesario, pero no lo entusiasma lo legislativo», respondieron a Clarín cerca del intendente.
«A Diego le entusiasma la pelea por la gobernación. La pandemia le dio una visibilidad que no tenía. Y mide bien. Vidal sería una solución para el 2021 y puede ser también una buena compañera de fórmula para Larreta en una eventual interna con la UCR. Después, para la Provincia, que peleen todos: Diego, Jorge, Cristian (por Ritondo)», ampliaron en la mesa chica de Santilli. Que él mismo se candidatee en tierra bonaerense el año próximo es un salto riesgoso: otra vez el temor a una derrota prematura que complique planes futuros.
«Es cierto que Santilli mide bien, pero le va a costar llegar a ser gobernador en el 2023. La política de la Provincia ya está madura como para elegir a su propio candidato y hay territorialidad que respetar. Ya no hay una centralidad que ponga candidatos a dedo». ¿Esto lo dicen los kirchneristas? No, los que quieren a Jorge Macri gobernador.
Otro que impulsa a Vidal para el 2021 es Emilio Monzó. Después de estar peleados durante los cuatro años de gobierno de Cambiemos, hubo un acercamiento. «A Emilio le gustaría hacer un tándem con María Eugenia el año que viene», reconocen cerca de Monzó. «Y a mí me gustaría ser amigo de Cristiano Ronaldo…», chicanea el vidalismo: «El dice que quiere ser segundo para después entrar cuarto o quinto, pero asegurarse la banca». Rencillas que no cerraron del todo.
La relación de Vidal que también quedó dañada es con Mauricio Macri. La gobernadora veía con buenos ojos intentar el salto nacional en 2019 o al menos adelantar el comicio en Provincia para despegarse del derrumbe económico de entonces y del desgaste de la figura del ex presidente. No le concedieron ninguna. «Hoy se lleva mejor con Lilita (por Elisa Carrió) que con Mauricio», resume un ex funcionario.
En ese contexto, Vidal juega hoy más que nunca en tándem con Larreta, como figuras del sector moderado. Son los que impulsan «ampliar hacia el centro la coalición» e incluso hablan de una cuarta pata, además del PRO; la UCR y la Coalición Cívica. «Nos falta una cuarta pata peronista, de centro», explican. La estrategia del jefe de Gobierno será clave para ver dónde se termina candidateando (o no) la ex gobernadora.
La tensión interna es latente. Después de seis meses casi sin contacto, Vidal aceptó un café con Patricia Bullrich, titular del PRO y referente del ala dura. Trascendió una foto del encuentro. «Esa fue Patricia o alguno de su equipo tratando de mostrar que buscan acercarse a los moderados. Boludeces que no suman a la relación», concluyó un ex funcionario bonarense.